QUESO DE KEFIR


Hoy les voy a mostrar cómo hacer un quesuco en casa.
Para la elaboración del queso necesitamos cuajar la leche y separar el suero del cuajo. Este caso, en lugar de añadir ningún tipo de cuajo para ello, he utilizado el kéfir de leche. Es decir, vamos a elaborar un queso de quéfir, partiendo de leche kefirada. Esta leche ha de estar mu kefirada, para facilitar su separación, así que es preferible partir de poca leche y mucho kéfir o de un amplio tiempo de permanencia.
Una vez tenemos la leche kefirada, la tenemos que separar del suero. Para ello utilizaremos una gasa de tela o un tull bien tupido y dejaremos reposar para eliminar la mayor cantidad posible.


Para el siguiente paso necesitamos un molde. El molde será el que de la forma al queso y en el que le prensaremos para quitar todo el suero restante. En mi caso utilicé una tarrina de plástico a la que realicé una serie de aguajeros para que salga el suero.

Para prensar el cuajo, tenemos que poner sobre el molde otro trozo de gasa de tela y sobre esta añadiremos el cuajo y envolveremos con la tela como si de un regalo se tratase.


Ahora hay que hacer presión para terminar de eliminar el suero. Para ello en mi caso introduje otra tarrina similar encima sobre la que coloque peso. Como el peso no era suficiente, también realicé presión con la ayuda de una cuerda y una cazuela.
Lo dejaremos así por 24-48 horas y después sacaremos del molde con mucho cuidado.
Algo importante es que tenemos que sazonar el queso. En este aspecto tenemos dos opciones. Añadir sal al gusto en el cuajo y antes de prensar o introducir el queso ya prensado en una salmuera. Yo opté por el método de la salmuera
Para hacer la salmuera tenemos que disolver un 10% de sal en agua y hervir por media hora. 



Tendremos que meter a remojo el queso por un periodo de 2 a 4 horas (para el tamaño de este queso, si fuera más grande, habría que aumentar el número de  horas). Como el queso flota en la salmuera, tenemos que darle la vuelta de vez en cuando para que penetre la sal por todas las superficies del mismo.
Una vez esto ya tenemos un queso fresco, pero si queremos algo más elaborado, como un queso tierno o semicurado debemos curar el queso. Para ello protegeremos el queso untándolo con una manita de aceite de oliva y dejaremos en un lugar fresco y húmedo (no la nevera) a unos 10-15ºC por una semana o 15 días. Estas condiciones son difíciles de alcanzar, por lo que recomendó hacerlo en invierno y buscar el lugar más fresco de la casa. Cada uno o dos días debemos de volver a untar con aceite, evitando que se agriete o se seque en exceso y protegiéndole.
Trascurrido este tiempo ya podemos degustar el queso. El resultado es un queso denso y cremoso sin apenas ojos. Para mi gusto que me gustan los quesos más bien flojos, resulto ser un queso un poco intenso y fuere, pero estaba bueno.

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