COMO CONGELAR CALABAZA

La calabaza es un fruto que por regla general aguanta mucho tiempo si está intacta, a unas temperaturas no muy elevadas, y con un bajo nivel de humedad.
El problema llega, cuando se trata de grandes frutos, que no consumimos en un día, o como es mi caso en muchos días, ya que no la solemos utilizar en nuestra dieta.


Para conservarla, podemos optar por procesarla, en forma de puré o crema (al horno, microondas o cazuela) y posteriormente congelarla o envasarla al vacio.
En este caso les voy a enseñar cómo conservarla sin procesar. Para ello la congelaremos. Es un método no muy aconsejable, ya que ocupa mucho espacio sin reportar grandes beneficios frente a otros métodos. Tiene la ventaja de ser un método rápido y que facilita su nueva utilización en diferentes momentos y situaciones.
En mi caso vamos a partir de unas rodajas de calabaza.

Lo primero que debemos hacer es pelar y limpiar la calabaza. Quitar la piel y el corazón.

Una vez lo tenemos limpio, procederos a trocearlo en fragmentos al gusto. Se puede hacer en tacos, en laminas o como se desee. Los trozos pueden ser más grandes o más pequeños en función de las preferencias. Como consejo diré que unos trozos más pequeños son más fáciles de manejar que los grandes.

Cuando ya tenemos todo troceado procederemos a congelarlo. Para ello colocaremos sobre una bandeja o plato de tal manera que no se toque ningún trozo. Esto lo metemos al congelador y esperamos hasta que se solidifique.

Cuando este congelado separamos los trozos del plato y metemos en una bolsa o tupper para poder congelar. Al haberse congelado por separado, los trozos permanecerán separados y esto facilitará considerablemente su posterior uso.
Guardaremos en el congelado hasta que lo utilicemos

Para utilizarlo sacaremos la cantidad necesaria y dejaremos descongelar poco a poco (en el interior del frigorífico). Si su utilidad está basada en la cocción o similar, se pueden agregar de inmediato sin esperar a que se descongele.

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