SOJA
En esta entrada les voy a hablar sobre otro cultivo. Se trata de la Soja (Glycine max). Aunque existen muchas
variedades, todas tiene una cuidados similares, lo único a destacar es que se
trata de una planta muy dependiente del fotoperiodo para la floración, que lo
que se debe tener precaución a la hora de elegir la variedad.
Primero necesitamos las semillas, para ello y si queremos un una
producción ecológica buscaremos alguna
especie no transgénica. En este cultivo, esto puede ser una labor muy complicada,
ya que la soja transgénica está muy extendida.
Descripción
Planta de la familia de las leguminosas, cuyo nombre científico es Glycine max originaria de Asia.
Planta de tallo erecto con una altura variable en función de la variedad,
que varía de entre 50 100 cm.
Las hojas son pilosas de un color verde intenso, enfrentadas y con tres
foliolos. La primera pareja de hojas verdaderas tiene únicamente un foliolo.
Los cotiledones son gordos y carnosos.
Semillas albergadas en vainas con un promedio de tres a cuatro semillas por
vaina. Las semillas una vez secas son duras de color amarillo y algunas
variedades con el ombligo (zona de unión con la vaina) negro.
Las raíces son ramificadas fuertes y poco profundizantes. En ocasiones y si
encuentras las bacterias apropiadas (género Bardyrhizobium) son capaces de
nodular, fijando el nitrógeno atmosférico.
Preparación del suelo
La preparación del suelo es sencilla, simplemente labraremos el suelo, para
que quede despejado de malas hierbas y este mullido. No es necesaria una labor
muy profunda, ya que es una planta con unas raíces bastante fuertes, aunque no
suele profundizar mucho.
Siembra
Realizaremos la siembra cuanto antes, pero siempre fuera del periodo de
heladas, ya que es un cultivo muy sensible a este aspecto y una ligera bajada
de temperaturas puede echar a perder todo el cultivo.
La siembra la realizaremos en línea. El marco de plantación es un poco
variable en función de la variedad, ya que cuanto más largo sea el ciclo, y por
lo tanto mayor sea su producción, más grandes son las plantas, y por ende
necesita una mayor superficie. Como regla general, separaremos las hileras
30-50 cm y entre las plantas dejaremos una distancia de 15-30 cm.
Taparemos con una fina capa de tierra, ya que es muy sensible a la
germinación. Por esto y si es a modo de producción familiar, recomiendo una
dosis de siembra superior, que posteriormente aclararemos arrancando las más
débiles.
Si el suelo está seco, procederemos a dar un riego pregerminativo, si esta
ligeramente húmedo, intentaremos obviar este riego, ya que mucha veces apelmaza
el terreno y empeora la nesciencia.
Se tratad e una leguminosa, y como todas las leguminosas tiene la
posibilidad de fijar nitrógeno atmosférico gracias a las bacterias simbióticas.
Al ser esta planta originaria de Asia no existen dichas bacterias en el suelo,
por lo que si queremos que nodule y fije nitrógeno se hace necesaria la
inoculación de semillas. Para ello necesitamos inoculo, que lo debemos comprar
a algún laboratorio agrícola especializado. Existe una forma de multiplicar
nuestro propio inoculo, que les explicaré próximamente.
Riego y emplazamiento
La soja es una planta de regiones cálidas y húmedas, por lo que la gusta
mucho el sol y el agua. No es tan exigente como otros cultivos tales como el
maíz o la remolacha, pero aun así necesita mucha agua. Por otra parte es
necesario proporcionar agua hasta el final del cultivo (no cuando empiece a
amarillear), ya que al final del ciclo es cuando engordan los granos y
necesitan de abundante agua.
Cuidados
La principal labor que se debe llevar a cabo en el cultivo de la soja es la
escarda, ya que es un planta poco competidora con las malas hierbas y la
infestan con facilidad. Por ello y si es poca la superficie que hemos cultivado
recurriremos a ala escarda manual. En caso de utilizar variedades transgénicas podemos
optar por la escarda química, ya que suele tolerar muchos herbicidas (la soja
roundup aguanta el glifosato y el glufosinato). Conforme va creciendo, la
retirada de hiervas se hace menos necesaria, ya que tiene muchas hojas que
cubren el suelo, impidiendo que lleguen los rayos de luz al suelo (crea un
efecto túnel o cúpula tapando la separación entre líneas).
Si hemos realizado la siembra a mano, en cuanto aparezca el primer par de
hojas verdaderas procederemos a un aclarado de plantas, ajustándonos al marco
de plantación preestablecido.
En cuanto a la fertilización, tenemos que diferenciar si la planta a nodulado
o no. Si ha nodulado, no hay necesidad de aplicar abono nitrogenado ya que esta suplido. En cuanto al
resto de nutrientes si es conveniente agregarlos en función de la cosecha
esperada. Si lo hacemos de modo casero, como yo, podemos aplicar ceniza de
madera que aporta minerales y elementos como fósforo y potasio, muy
beneficiosos para el desarrollo del cultivo. Si el cultivo no ha nodulado, si
que se debe aplicar nitrógeno. Para ello es útil un buen abonado previo con estiércol
(si pretendemos que nodule no se debe aplicar, ya que es contraproducente), que
posteriormente podemos complementar con un fertilizante nitrogenado (si es
bueno el estercolado y no queremos una producción abundante puede sobrar).
Y como ya mencione antes, lo que no se debe olvidar es el riego.
Recolección
Conforme crece la planta veremos que unido al tronco van saliendo
diferentes racimos de pequeñas florecillas, generalmente moradas, que rápidamente
se convierten en vainas verdes, que van en primer lugar creciendo y
posteriormente poco a poco engordando.
Estas vainas conforme avanza el cultivo se tornan doradas. Las semillas que están en su interior, en primer lugar son verdes y ocupan todo el espacio de la vaina, pero cuando se secan se tornan amarillas y pierden algo de tamaño, pudiendo bailar en el interior de la vaina.
Una vez veamos que la planta ha perdido las hojas, y las vainas están de color
dorado o marrón, procederemos a su cosecha. Una vez recogidas separaremos la
cascar que envuelve las semillas de estas. Se puede realizar fácilmente ejerciendo
una ligera presión sobre las vainas, ya sea de una en una, o todas juntas (pisándolas,
por ejemplo) y posteriormente cribándolas o soplándolas. Si lo vamos a cosechar
a mano, hay que tener mucho cuidado, ya que es una planta muy basta, con unas
vainas puntiagudas que con mucha facilidad causan daños en nuestras manos.
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Cascaras de la vaina |
Si vamos a volver a sombrar al año que viene podemos realizar varios tipos
de selección, para maximizar la producción. Una de ellas es coger las semillas
de las plantas que mas pisos florales tengan. También podemos seleccionar las
semillas más grandes, que se puede hacer de una manera fácil, que unos movimiento
circulantes en un recipiente, estratificándose las semillas por tamaño (las más
grandes arriba) (también se estratifican las impurezas, que se posicionan aun más
arriba). Y finalmente podemos seleccionar y buscar las vainas con mas semillas.
Esto va un poco en función de la variedad y del desarrollo del cultivo. En mi
caso, tres semillas por vaina es algo común, pero cuatro por vaina es algo un poco
extraño.
Mal cultivo
Un exceso de vainas bacías o en las que falta o no sé a desarrollado correctamente
una semilla (abortos) es síntoma de una baja fertilización o nivel de agua.
Las hojas en seguida se tornan lacias por una falta de agua.
Semillas muy pequeñas y en algunas ocasiones sin un cambio total de coloración
al madurar (se quedan de un color verde pálido) son sinónimo de una carencia de
agua al final del cultivo.
Seguimiento del cultivo
Si tienen alguna duda o algo está mal no duden en decírmelo y por favor,
comentes, porque algunas veces me da la sensación de que estoy solo en el blog.
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