CONSERVAR TOMATES EN FRESCO

Esta va a ser una entrada breve, sobre cómo conservar tomates, en fresco, para poder alargar la cosecha o la producción un poco más.
El lugar tendrá que ser fresco, en mi caso, es una habitación, fuera de la casa, aguardillada y sin ningún tipo de climatización, haciendo mucho calor en verano, y fresco en invierno (casualmente coincide el comienzo del frío con la temporada final de cosecha). Aquí almacenaremos los tomates rojos, y si queremos también alguno verde que poco a poco irá poniéndose rojo.

Colocaremos una capa de papel, cartón, tela, o cualquier otro elemento que absorba en caso de que alguno se estropee (y así no estropear más).
Colocaremos los tomates extendidos para que pueda circular el aire entre ellos, y tendremos la precaución de no colocar cerca ninguna otra fruta o verdura a no ser que queramos que madure, pues los tomates segregan mucho etileno (hormona responsable de la maduración del fruto). (Aquí tengo unos pimientos que quiero que maduren).

Haremos revisiones frecuentes, para observar si alguno esta estropeado y retirarlo rápidamente, pues nos puede estropear a los demás. Si ponemos cartón se ve bien, pues se queda el cerco de agua alrededor del estropeado. Otra forma de detectarlo es pasar la mano por encima, y de los estropeados salen moscas de la fruta (drosophila melanogaster).

Yo recomiendo hacer lotes, en función de la época de cosecha o del estado del fruto, para consumir antes o después, e incluso para hacer conserva con los más maduros. (Aquí tengo tres lotes)

Esta técnica se puede extrapolar a otras frutas y verduras.

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